Scottie Scheffler ganó su cuarto título del PGA TOUR en seis aperturas en el Masters, terminando 10 bajo par en Augusta National para una victoria de tres golpes sobre Rory McIlroy.
Scottie Scheffler está en una de las mejores rachas de la historia del golf. Ingresó a la semana como el jugador número 1 del mundo y se va como el mejor jugador indiscutible del mundo. Y, sin embargo, el domingo por la mañana, mientras miraba el reloj anticipando las 2:40 p.m. hora de jugar, lloró.
“Lloré como un bebé esta mañana. Estaba muy estresado” dijo. “No sabía qué hacer. Estaba sentado allí diciéndole a (esposa) Meredith, no creo que esté lista para esto. No estoy listo, no siento que esté listo para este tipo de cosas, y me sentí abrumado”.
Scottie fue el dueño de la semana, pero Rory McIlroy y Collin Morikawa nos regalaron el recuerdo imborrable de este Masters. En el hoyo 18 el domingo por la tarde, McIlroy falló su aproximación en el búnker justo a la derecha del green. Lanzó su tiro de búnker al centro del green y dejó que la gravedad hiciera lo suyo. Se deslizó por la pendiente y se zambulló en la taza con una velocidad de muerte perfecta. Estalló en puro éxtasis, dejó caer su maza y hizo piruetas con dedos de jazz. Los brazos de Morikawa se dispararon reflexivamente hacia el cielo cuando la multitud estalló.
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